Tengo aliento para dos palabras: "Buenos días"; pero tú no estás
para escucharlas.
De ti queda:
tu esencia, una nota, y un puñado de euros en la mesita.
Te apunto para el próximo jueves.
Desciéndeme, subiéndome el deseo, albergando en mi cuna: tus caricias soñadas, tus caricias furtivas, tus caricias sentidas. Elévame, bajándome al calor de tu sexo, a tu placer oscuro, al ardor de tus besos. Aquí, revolotea mi placer. Ahora, me inundo del tuyo. ---
Ni aún sumando los cuerpos, juntando la piel, y restando algún gramo, tal como sesenta y tres, seríamos tres cuerpos sin alma, tres masas inmorales, con el relativo poder del peso de la carne, con el peso específico del alma errante, que emerge, deliberadamente, adoptando forma corpórea, desde el rincón donde los seres se mienten, hasta la cama donde los incautos se aman.
" No hay momento más triste, que el de ver alejarse a alguien que amas cuando te ha dejado".
Esos eternos segundos en los que ves como se alejan tus sueños, tus ilusiones, todas las risas y lagrimas que compartiste con esa persona, tantos momentos...
A cada paso que da es mayor la distancia, más recuerdos se agolpan, más nostalgia, un enorme nudo en la garganta te impide gritar su nombre por última vez.
Su cuerpo se funde en negro con el horizonte, todo se funde a negro.